El caballo andaluz
El vaquero andaluz, siempre caballista, lleva el tradicional traje corto con sombrero cordobés, chaqueta corta, zahones de protección y lleva a su derecha la lanza de trabajo, la garrocha.
Los caballos que utilizan los garrochistas, han sido educado en la disciplina de doma vaquera. Esta doma es la idónea a la hora de manejar los toros bravos en el campo, para apartarlos, hacerlos correr, embarcarlos. Esta doma tan específica nace cuando los toros debían viajar andando desde su finca de nacimiento hasta la plaza dónde se iban a lidiar. Para estos duros viajes de varios centenares de kilómetros a través el país, los vaqueros/caballistas inventan una monta muy cómoda que les permita aguantar estos traslados de varios meses encima de sus monturas. Los cow-boys americanos se han inspirado, mucho más tarde, de esta técnica de la más confortable. Basada sobre la media-vuelta rápida, el reculé, la pirueta viva, el arranque al galope. Estos caballos son capaces de maniobrar en un terreno muy reducido y de aguantar la  embestida de un toro bravo a más de 30 km/hora. Estas faenas de los vaqueros, esta técnica de doma y la raza de caballos andaluces, han propiciado el nacimiento de la corrida moderna ecuestre : el rejoneo, arte muy en auge estos últimos años.